Otro día, otro desahucio

¿Y ahora qué? “…él quería poner este espacio, remodelarlo, re-arreglarlo y re-alquilarlo y que nos teníamos que ir, que no podíamos estar para las renovaciones.” A 5 meses de la expulsión, el edificio en la Calle Saldaña 454 no presenta algún tipo de mejoras.

Muchos puertorriqueños - especialmente personas que habitan en espacios de alquiler - viven con el no tan nuevo temor de ser expulsados de sus espacios por la fantasía de una venta flash a un posible extranjero por un propietario puertorriqueño que busca la manera rápida hacer dinero. 

Pero, ¿a qué costo? ¿Qué sucede después? ¿Es una venta tangible? ¿Se va ese capital tan rápido cómo llega? La prensa local va en un vaivén de celebrar esta nueva economía de fuga mientras en otros instantes, recalcan lo complejo detrás de este nuevo embeleco. Mario Negrón y José López Serra fueron expulsados de Casa Fantasmes e Hidrante, sus respectivos espacios creativos, sin mucho pulso y poco tacto. 


¿Cuándo recibieron la noticia del desahucio?
Mario Negrón:
El 28 de enero del 2023. Marcando nuestro décimo aniversario aquí. Esta es una estructura bien vieja y tiene muchos problemas. Un tubo del segundo nivel (Hidrante) se había roto y la parte de abajo (Casa Fantasmes) se estaba inundando y la única forma de parar la inundación era cerrando la llave de paso y dejando a Hidrante sin agua. 

Trajimos a un plomero, nos hizo un estimado y el costo por arreglar el tubo era bastante alto y decidimos que deberíamos llamar al dueño de la propiedad y ver qué tipo de arreglo se podía hacer. Cuando empezamos a tener esa conversación con él, nos dijo bien rápido que no, que no, que es más que gracias por haberlo llamado, porque él nos había querido llamar para decirnos que él quería poner este espacio, remodelarlo, re-arreglarlo y re-alquilarlo y que nos teníamos que ir, que no podíamos estar para las renovaciones.

José Lopez Serra: Yo estaba en Brooklyn, de camino a recoger obras en el estudio de un artista, para una exhibición y fue cómo, "Ah, shit, estoy en esta guagua de Crown Heights a Kensington, en la mala.” 

Mario: Este desahucio no existe en un vacío. Existe como parte de una economía de vivienda transitoria. A nosotros se nos desplaza con el interés de remodelar y renovar este espacio y sin ningún tipo de garantía de nosotros poder habitarlo nuevamente. Nosotros hemos visto esta calle en particular convertirse en un espacio de comunidades locales. Hemos visto el desplazamiento de decenas de personas en el antiguo Hotel Metropol, para luego ser comprado y vendido entre diferentes manos y convertirse en un hotel de lujo. 

Una cuadra más abajo se han comprado cinco o seis propiedades de cantazo y la idea no es convertir esas propiedades en espacios de viviendas permanentes, o por lo menos puede ser permanente, pero no accesible. Se convierte parte de una economía de lujo que la persona, el trabajador puertorriqueño no tiene acceso a eso. Esta es una economía que me excluye y que excluye a otras personas como yo.

¿Qué fue lo primero que pensaron?
José:
“Esto es un badtrip. Esta situación se puede remediar.” Ya tenía programación pensada para el espacio, pero después de 7 años, sabiendo lo mala leche que era el casero tampoco quería seguir pushing it

Mario: Era algo para lo que yo me estaba esperando. Hemos visto el cambio en la calle y sabemos que hay unas motivaciones bien grandes para arreglar una propiedad como esta. Esto es prime [real estate] y podría generarle mucho más de lo que nosotros le damos. Soy bastante pesimista pero personalmente, tengo mucho, mucho coraje y mucha rabia. Lo ves como algo injusto, lo ves como algo innecesario, lo ves como algo que puede ser mediado y que uno sería capaz hasta de hacer concesiones y decir "no, no, pero cóbrame más, cobrarme más". Pero mientras más lo piensas, más te das cuenta de que it's just a shitty position to be in. 

Yo no tengo que pedirle a alguien que me haga sufrir más para yo mantenerme en algo. No. Lo que [el casero] está haciendo es despiadado, está mal y es mezquino. No hay ningún tipo de razonamiento que pueda tener para justificar ésto. Nosotros vivimos en esta calle y vimos el Hotel Metropol quemarse. En 48 a 72 horas todos los inquilinos de ese hotel fueron desahuciados sin tener lugar a donde se pudiesen ir. 

¿Qué pasó en el Hotel Metropol? En el 19 de junio del 2020, el hotel, que servía mayormente como residencia para personas de edad avanzada, sufrió un incendio. A casi 3 años del suceso, el espacio ha pasado de mano en mano de propietarios para convertirlo en un hotel de pseudo lujo para extranjeros.

La comunidad creativa está mano en mano con un desarrollo comercial local. Al Casa Fantasmes estar aquí implicaba que mucha gente joven venía y transitaba el área y se convertían en locales. Yo con lo que tengo mucho problema es este tipo de economía, así de especulación y prospect. Muchos puertorriqueños han sido culpables de eso. Ahora lo veo pasando con esta economía de vivienda a corto plazo, lo veo pasando de capital foráneo o por lo menos de presencia foránea, no necesariamente puertorriqueño. Eso a mí me ronca porque it's not a fair playing field y busca en pedazos masivos desalojar gente y cambiar la manera en que se ve, se siente, se está poblado espacios grandes. Ya no es [que compran] una casa, son dos casas o bloques enteros que puede coger una persona con un capital o una compañía. 

Nosotros, los espacios creativos, no somos inmunes a eso. 


¿Se logró hacer algún tipo de mediación?
José: Traté de mediar, pero el casero no estaba receptivo. Ya no me sentía bienvenido en este sitio y no quise estirar el chicle. El proceso de desprenderme del espacio lo he llevado de una manera así de duelo privado.


¿Cómo llegan a la Calle Saldaña 454?
Mario:
Casa Fantasmes empezó en enero del 2013 como un proyecto bastante personal. Yo tenía una banda que se llamaba Fantasmes y todavía más o menos existe y este era el espacio de ensayo de nosotros. Era nuestro estudio de grabación. Esa ética de DIY era bien, bien importante para la banda. Eventualmente empezamos a tomar clientes y bandas de la escena que necesitaban sitio para ensayar. Esta sala es bastante grande, especialmente cuando la consideras con los otros espacio de grabación. Poco a poco se empezó a convertir en un espacio público, siendo un negocio para un sitio que no era necesariamente para mis proyectos personales y los proyectos de los miembros de Fantasmes, Darío Morales, Juan Antonio Arroyo, Daniel Sierra y yo. 

Ensayo de Buscabulla en Casa Fantasmes, 2015.

José: Hidrante lleva operando desde el 2015. Empezó co-fundado entre cinco amigos, Alberto Sayas Montilla, Sofía Hernández, Ramón Ponce, Anna Karina Lawson y Andrés Octavio. Casa Fantasmes puso en Facebook que estaban ofreciendo el segundo piso. Ya había venido a varios shows de Fantasmes, y el espacio se me hacía familiar. Dijimos “acho, vamos a cogerlo y hacer un proyecto arriba". Queríamos tener un espacio con una renta hiper accesible, que entre cinco panas se podía dividir $100 cada uno y tenemos un espacio para poder trabajar y crear. Siete años después, seguimos haciendo programación de exhibiciones, residencias y performances. También, hemos hecho conciertos, fiestas, tatú parties, all types of fun stuff

¿Cuándo fue la primera vez que se dieron cuenta que el barrio estaba cambiando?
Mario:
Yo lo empecé a ver cambiar en el 2017 después del huracán María. Antes de eso, éramos los locales los que más se veían en el movimiento de apropiación de espacios culturales, de espacios públicos, culturales y comerciales en Santurce. María desahució básicamente a la isla entera y el área metropolitana. Ahí es que empiezas a ver el cambio desde un punto de vista físico; un deterioro y un descuido increíble de espacios que en algún momento tú pensabas que podrías volver a acceder. They were ripe for the picking para gente que tiene unos perdones legales y unos perdones de impuestos que tú no tienes. 

Este fenómeno va de la mano con el cambio en la Calle Loíza. Por mucho tiempo [Ocean Park] se consideraba superior porque tenía un real estate diferente. Cruzabas una cuadra perpendicular y era entrar a un mundo de disyuntivas de riquezas y pobrezas. Pero, ambos mundos tienen los mismos cricales estructurales. Se le va la luz igual, aunque paguen $2,800 en renta mensual en la McLeary o $450 en la Calle Loíza. Pero, de repente, las rentas en la Loíza subieron al mismo precio que la renta en McLeary. Y ya ni [existe] el caché de tu poder demostrar que tu dinero es más que el dinero de la gente que vive en la Loíza. La diferencia monetaria no garantiza una diferencia estética en estas dos calles. Esto es un chiste que solamente revela lo que nosotros somos capaces de aguantar, lo que nosotros como puertorriqueños somos capaces de aguantar. Estas maneras de darle valor a lo que tenemos por un extranjero es una falacia. ¿Estamos orgullosos de eso? ¿Lo queremos seguir perpetuando? 

José: Soy vecino del área, llevo viviendo aquí siete años. Lo más violento fue cuando expulsaron a todo el mundo del Hotel Metropol. Un fuego misterioso, todo el mundo se tiene que ir. Además de eso, la proliferación de coffee shops y co-working spaces también ha marcado un cambio. Es cómo how much of this co-working is geared towards locales versus personas que están transitando.

José López Serra y Mario Negrón en Casa Fantasmes durante la entrevista para Art Papi. Video stills por Wilfredo Rodríguez.

¿Cómo ha sido la búsqueda de un espacio nuevo?
José:
Ha sido medio funky. Las rentas son súper prohibitivas. Los espacios de arte tampoco están ajenos a la realidad material económica que está sucediendo en Puerto Rico. Hidrante no tiene un súper fin comercial así que también depende mucho de yo poder generar ingresos por mi lado y sustentarlo de esa manera. Tengo un nuevo espacio en Puerto Nuevo desde el 2022 y no se me hace necesario tener otro espacio más grande. 

También, me lleva a pensar en cómo yo hago mi práctica de gallery making desprendiendo del espacio. O sea, ¿es necesario para mí tener una galería para poder seguir gestionando proyectos o puedo hacerlos independiente de tener como cubo blanco o una caja negra?

Mario: Yo cuento con mucha ayuda y me puedo mover. Pero esto le pasa a gente que no tiene esa opción. Yo por lo menos sé que puedo sobrevivir de alguna forma u otra. Hay gente que no puede. Los efectos de algunas cosas son marcadamente negativos o marcadamente positivos y yo tengo el derecho de estar bien molesto y de ver esto como algo deliberadamente mezquino.

Ahora tenemos la oportunidad de volver a un espacio en el que podamos seguir ofreciendo y creando el mismo impacto, porque esto no tiene que ver con el mercado. No importa lo que está cambiando, lo que estamos perdiendo es una estructura de dos pisos y unas losas bien demente. Ya estoy desapegado de este lugar, pero lo amo. Este sitio me ha dado los mejores momentos en mi vida adulta. Aquí conocí a la mamá de mi hijo. Mis mejores amigos han estado aquí. Las memorias de este sitio van a durar una vida entera. Yo sé que a donde yo vaya, el impacto puede ser igual o mejor, porque yo me voy a encargar de eso. Yo me voy a encargar de que la gente tenga un espacio donde puedan hacer y grabar música y sentirse cómodos. 

José, ¿piensas que esto es un tipo de moda? ¿Eventualmente se irán los nuevos inmigrantes?
José:
Creo que puede serlo. Creo que hay una burbuja especulativa bien interesante. Es una necesidad de estar flipping, de ver quién va hold the ball at the end cuando la burbuja explote y se convierta en espacios devaluados. Vemos cómo todos los edificios de [la Avenida] Ponce de León van cambiando de mano por los últimos tres años. Pero sí, es como una moda. O sea, una bastante violenta hacia las personas que estamos, vivimos y trabajamos aquí. No sé cuántos más Airbnbs pueda soportar el área metropolitana, San Juan y Santurce. Hay como 9000 unidades solamente en el área de Santurce. ¿Cómo exactamente se mueven 9000 Airbnbs, si Puerto Rico realmente tampoco tiene ese flujo de turistas todo el tiempo? Eventualmente, la hipoteca will come knocking or they (el gobierno) are gonna have to do something about that.


Descubre más de
Casa Fantasmes e Hidrante.
Entrevista por Miguel Figueroa.
Edición,
Ana Cristina Frías.










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