Nadie te conoce mejor que tú

Fotografía por Miguel Figueroa

Hablando de astrología con Andrea Lobo

¿Alguna vez has conocido a una persona que te cambie la vida en menos de una hora? Andrea Lobo es una astróloga argentina que ha vivido en Puerto Rico por casi treinta años. Su manera de interpretar los astros no es un chiste. Una sesión con ella te llevará amorosa, compasiva y tiernamente a lugares donde nunca habías ido pero siempre habías querido llegar. En un mundo donde el caos y la confusión son la norma, no hay mejor arma secreta que conocer tu verdadero yo. 

¿Por qué es importante creer en la astrología? 
¡Ay! Porque se te hace la vida tan fácil… Al tener el conocimiento de tu carta natal entiendes mejor tu vida. Es un mapa que te da la posibilidad de “elegir” las mejores rutas para ser feliz y autorealizarte. No somos perfectos ni podemos manipular la vida a nuestro antojo [se ríe]. Nuestro ser superior sabe cuál es el camino y tu carta natal te da todo el conocimiento que necesitas para llegar a ser la mejor versión posible de ti mismo. Es fabulosa. Creo que los padres deberían hacerle las cartas astrales a sus hijos para ver cuáles son sus cosas lindas, dónde ayudarlos, cómo será la relación entre ambos y conocer sus gustos. Es una herramienta para encaminar. Ya tiene un librito. ¿Quién sabe lo que hay ahí? También ir descubriendo es genial, pero teniendo su carta uno es más asertivo. ¡Se hace más fácil! 

Mi hija me daba las  gracias por darle la información porque hay distintas etapas en la vida, unas tristes, otras difíciles y mediante la astrología uno puede saber a qué se deben, cuánto duran y qué hacer para resolverlas. Los ciclos de Saturno son duros y es inteligente saber en qué momentos y en qué áreas de nuestra vida nos influencia. 

Yo creo que hasta los 30 es así… 
Estoy de acuerdo contigo y astrológicamente tiene su motivo. A veces hasta uno mismo no sabe lo que le está pasando. “Estoy depre…” ¿Y? Entonces ahí se averigua. Es una herramienta hasta para ubicar gente en los trabajos. Puedes ver quién es un líder o a quién le gusta secundar, quién es práctico… Funciona para distribuir roles y sacarle el mayor potencial a cada persona. Ahora, por qué no se ha hecho más popular, no sé. Creo que la carta natal tiene un valor extraordinario. La astrología es un arma poderosa para sacar a la gente de la ignorancia y el miedo. ¿Será por eso que la iglesia no la quiere pero la usa? Hay un Papa, Julio II, quien en 1503 se hizo la carta para ver qué día sería el más conveniente para su coronación. Y que yo sepa, ellos también la estudian. 

Es que todo el mundo lee el horóscopo. 
Por eso. Pero esos de periódico sí que son una tontería… [ambos se ríen] ¡Esos no tienen nada que ver! Te dicen muy poquito: que si el Sol está en tal lado o Piscis en el otro… pero es lo mínimo. Además, depende de tu Sol. Si tienes un Sol lindo, pues mira qué bien. Pero si se te activa el Sol que no está en un buen lugar, pues es un mes horrible. Esos son medio… 

Placebo
Sí. No es real. 

Solía ser muy devoto de Susan Miller, pero a veces es muy fatalista y me condicionaba a tener un mes malísimo. 
Hay gente que asusta mucho. Yo prefiero decir, “No hables mucho para evitar problemas”. Si uno ve muchos aspectos pesados, ves cómo puedes pasarlo para mejorarlos, fluir y estar bien. La misión no es asustar. Si puedes estar propenso a peleas, pues no tener el carácter muy fácil, fluir, soltar y no hablar mucho. Asustar a la gente no es bueno. A mi me han llegado varios asustados. Nunca voy a olvidar a una que se hizo una carta védica y su experiencia había sido muy desagradable por lo que salió muy asustada y yo le hice la carta natal y fue otra cosa. Es que, coño… eso te marca. 

Hay que ser muy consciente. La palabra de uno es muy poderosa. Si vienes a una consulta con una astróloga no es lo mismo que ir a una amiga. Hay que tener mucho cuidado con cómo se dicen las cosas.

Claro, uno viene buscando una guía. Pero me imagino que no todo es color de rosa. Tienes que tener tus casos menos especiales...
Sí. Hay personas que no quieren ver mucho y yo a esas personas [hace señal de poca importancia]. Esas personas que tienen muchos aspectos difíciles en su carta, tú se los cuentas y son capaces de no verlo ahora, pero con el tiempo…Éstos son los menos. En los 32 años que llevo haciendo esto, solamente me he encontrado con tres cartas muy complejas y difíciles.

Venir a una consulta contigo es como desnudarse ante un desconocido. Hay que tener mucho valor. 
[Andrea se ríe] ¡Ahí está la habilidad! Mira… todos tenemos cosas difíciles. No somos angelitos. 

Todos tenemos la luz y la sombra. 
¡Claro! Está bien mirar y destacar la luz, pero también es importante ver la sombra para que no tenga dominio sobre ti.

¿Cómo la sombra puede ayudar a uno?
A veces la gente cree que la sombra es mala y no es tan mala. Yo le digo a la gente que no pelee. También, la gente tiene mucho drama con la intuición. Yo le hago mucho caso, y hay que hacerle caso, la cosa es que… caramba… tú no puedes seguir pensando, pensando, pensando y descartando la intuición. Estás haciendo algo mal. Eso justamente es tu sombra que no quiere escuchar tu voz interior, que vendría siendo tu intuición. Abre tu cabeza y escucha tu intuición. 

Es que también hay que pensar en el condicionamiento - especialmente aquí - que sucede por culpa de las familias, la religión, el gobierno y la sociedad en general. Aquí se espera que “todo vaya a salir mal.” 
Sí, y muy estructurado. Muchas personas vienen aquí buscando salir de eso. No está mal salir de las estructuras. ¿Quién las marcó? Ser loco y libre no está mal, mientras no le hagas daño al prójimo todo está bien, es genial ser raro, diferente, único. 

Hay que crear nuestras propias estructuras. 
¡Claro! ¡Sí! Las que le gusten a uno. Volviendo a la sombra… a veces no es tan grave pero no es hasta que la gente la reconoce que no empiezan a suceder los cambios. Por ejemplo, viene alguien y me dice “Siempre me tocan compañeros engañosos”. Y yo les digo, “Dime, a ver, ¿por qué te tocan ese tipo de personas?”

Porque son engañosos.
¡Claro! Ellos te están mostrando exageradamente algo que tú tienes. Y hasta que no lo veas en tu persona va a seguir apareciendo. Cuando lo reconozcas, desaparecerá. 

O alguien que es muy controlador. 
También. Cuando dejes de controlar, o al menos aceptes que llevas ese control por dentro, se desaparece. Y es otro nivel de gente. A veces puedes pensar que es tan terrible, tan terrible. Pero mejor es saberlo antes de que la vida te lo tenga que mostrar. Tienes que empezar a soltarte y a escucharte.

Esto es como recibir tu propio manual de instrucciones. Así te montas y así te desmontas. A ver qué vas a hacer… Si quieres ser feliz le haces caso a tus cosas lindas, mejoras las que son complicadas y llega un momento en que sobrepasas la carta. Ni te va ni te viene. 

Es como correr bicicleta. 
Aprendiste y después de eso nunca más. 

...todos tenemos cosas difíciles. No somos angelitos.
— Andrea Lobo

¿Cómo nació tu curiosidad por la astrología? 
En casa mi mamá creía mucho en los signos, sabía qué signo era toda la gente. Yo soy ochomesina porque mi madre no quería que fuese cáncer. 

Eres Géminis. 
Sí. Ella subía y bajaba por las escaleras para tenerme antes. Igual estaba harta porque tengo un hermana mayor que me lleva 10 meses. A mis diecisiete años me hice mi primera carta astral con una astróloga de unos 70-80 años, muy extraña. La señora no me grabó nada de la consulta. Un error de muchos astrólogos, porque hay que grabarlo. Ella me dijo, “Ay, ¡tú vas a hacer esto! Y cuando veas unas vallas, saltas. Lo más bonito de tu personalidad lo heredaste de tu mamá”. Para ese tiempo yo me había mudado con mi papá porque había peleado con mi mamá. También me dijo que Acuario era el peor signo para un compañero. Los Géminis se llevan muy bien con los Acuarios, pero como tengo un planeta en Acuario que no es muy favorable, para mí no era lo mejor. Seguía diciéndome que Acuario era el peor signo, y en ese momento salía con uno. Pensaba que eran disparates. Con los años me di cuenta que tenía razón.

Después de ahí sigo mi vida. Al tiempo llega una amiga de mi mamá de una provincia y me dice que tiene un amigo, un chico arquitecto que es astrólogo. Me parece interesante y como era cerca de casa, decido ir a verlo. Era otro nivel. Más contemporáneo, más como uno. Me conoce y me dice que tengo facilidad para la astrología y le pregunto dónde se estudia eso. Él me comenta que no hay ninguna institución para ello y que él estudió con los libros de los Rosacruces. El chico era brillante y ofreció enseñarme. 

La primera parte - la matemática - es un poco pesada pero luego viene la interpretación. Así empecé. Al principio sacar todos los cálculos era complicado. Estudiaba con otro chico, un acuario que lo mareaba mucho y no iba al grano. Pero yo, era a la inversa, decía poquito e iba al grano. Tomé 15 clases con él y luego empecé a jorobar a todas las personas que conocía - a mi hermano, a mis amigas -, “ven, siéntate que te hago la carta”. Y así empecé, a los 22 años. 

Para mí, hay cosas que uno abre como una puerta. Si en ese momento tú la sigues, la información te llega. ¿Tú lo has sentido?

Sí. 
Viste. Cuando abrí la puerta de la astrología dije, ¡esto es, yo lo sé! Me dije que leería lo básico porque no quería contaminarme mucho, y a partir de ahí sacar lo que yo tenía e hice mi mezcla. Una de mis primeras clientas fue una señora que se llamaba C. Aragón. ¡Qué horrible! ¡Qué carta espantosa! Toda roja. Toda, toda. Estuve tres horas con esa mujer. Una carta normal toma una hora pero a ella le había pasado de todo. Lo peor que te puedas imaginar, y me dije "Si lo pasé con ella, me gradué. Seguí y seguí con conocidos, amigas y tías hasta que llegué a acá haciendo astrología. 

“La astrología es un arma poderosa para sacar a la gente de la ignorancia y el miedo.” comenta Andrea. Aquí vemos una muestra de una carta natal.

¿Cómo llegas a Puerto Rico? 
Era una época de gran devaluación en Argentina. Terrible. Un día tenías 1,000 pesos y al otro 0. 10 pesos al otro día valían 1. Tenías que cambiar los precios casi todos los días. Esto sucede en 1989 y mi marido me dice, “¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos acá o nos vamos para California?”. La verdad es que quedarse en Argentina era muy complicado porque había mucha inestabilidad, así que empezamos a hacer planes para irnos a California. En eso, llega un amigo que se acababa de mudar a Puerto Rico y nos dijo que estaba encantado, y en ese momento Puerto Rico estaba boyante. Así que pensé, “Caribe, español, isla… ¡Puerto Rico primero!”.

Llegamos a El Yunque y yo me quería matar. Venía de Buenos Aires, una ciudad como Madrid, que puedes salir a cafés, trabajar todo el día, tomar taxis… Al Yunque. Sola. Sin televisión, ni radio. Todo verde, los sonidos del coquí y mi marido trabajando todo el día. Fueron unos años de silencio. A veces bajaba a la ciudad. Pero mira lo que es la vida... Yo siempre creo que cuando uno está en su camino el destino te lleva. La novia de nuestro amigo me empezó a conseguir clientes y yo me quedaba unos días en San Juan. En ese tiempo conozco a Orlando Rimax, un locutor puertorriqueño que está muy metido en el tema de OVNIS, quien me invita a la radio 11Q.  Y todos los jueves había un programa de radio donde yo hablaba de astrología. 

Después empecé en Hello Wapa con Gladys Rodríguez y Evelio Tayshak. A veces dudaba, me decía, “¿Para qué me voy a dedicar a la astrología?”. Cuando decía eso, de repente llegaba mucha gente. Y me dije, “Parece que esto va bien”. Al mismo tiempo  empecé a vender artesanías los sábados en el parque Luis Muñoz Marín y poquito a poquito, desde el 1994-95, comenzó a llegar mucha gente a El Yunque. Eventualmente decidí que necesitaba un lugar en San Juan porque no podía seguir de gitana en casa de mis amigas. Entonces, en el 99 me junté con mis dos socias. Desde entonces, muchos de mis clientes aún me siguen y recuerdan cuando tenían que ir hasta allá a verme. 

Bueno, a mí ya me tienes de por vida. [ambos ríen] Es que te da una seguridad que es muy necesaria para estos tiempos turbulentos. 
Sí. Hay tanta turbulencia mundial en el trabajo, la gente. Las cosas van a cambiar y cada vez más rápido. La gente no se va a dedicar a un sólo trabajo, va a tener varios. Vienen épocas de mucho cambio. 

Y hay que estar listo. 
Sí. Saber cómo bandearlo, estar seguro de qué vas a hacer. Quizás tienes tres habilidades y pones en práctica ahora una, luego la otra y luego la otra. Hay algunas personas, como tú, que tienen el don del multitasking pero hay otras que aunque lo tienen no lo quieren hacer. Les da estrés. Pero cada uno tiene su estilo, hay que reconocer eso y buscarlo. 

¿Quién es tu típico cliente? 
Por suerte tengo gente muy buena. Todo es el nivel de vibración. 

Es cierto, las personas que me recomendaron venir a donde tí, están todos en la misma onda. 
No es por nada, pero tengo una clientela espectacular. Divina, gente súper creativa y conectada. 

Hay que estarlo. 
También todo depende de los temas que estoy trabajando... Cuando me tocaban los temas emocionales, se aparecían muchos clientes con esos temas. 

Los llamabas. 
Yo también creo que uno es reflejo y es cuestión de sintonizar. 

Si lo piensas es como la matemática simple. Uno más uno es dos. 
Es estar sintonizado. Reconocer su camino, saber qué hacer y reconocer cuándo son los momentos. No todos los momentos son lindos, hay que saberlos reconocer... Y habrán años que no son los mejores. Pero lo bueno es estar atento y saber que esos ciclos tienen un principio y un fin. De los 28 a los 30 son años difíciles, pero luego… la felicidad. Las cosas malas no son para toda la vida, pero hasta lo malo es bueno. Uno no puede dejar de estar informado porque le da miedo. La información es luz. Yo vine para ser astróloga y estar en Puerto Rico. 

Al llegar, tuve dos sensaciones muy particulares. La primera fue que le dije a mi esposo, “Vas a decir que estoy loca, pero esa casa va a ser nuestra”. En aquel momento alguien estaba viviendo allí y al año nosotros nos estábamos mudando. En otra ocasión, pasando por la ruta 10, que cruza la isla de norte a sur, me dio una alegría en el alma y le dije, “Vas a volver a decir que estoy loca pero yo soy de aquí. Yo viví aquí”. Mi alma estaba muy contenta, y volví a mi sitio. Hice una regresión con los libros de Brian Weiss y, ¿cómo me ví? Como un indio taíno al borde del río con una lanza en la mano. Me fui a leer el aura y en ese momento me lo comprobaron. Volví porque tenía algo que terminar. A veces vas a un país y te sientes muy cómodo y en otro no. Puerto Rico tiene algo, aquí hay una energía muy especial. 

Eso me sucedió cuando viví en Barcelona, y hace poco, en Maunabo, tuve la misma sensación de “he vivido aquí en otra vida”. 
Estoy segura que estuviste ahí en otra vida. Para mí es como una computadora que se va prendiendo y se prendieron chips en esos lugares. 

¿Qué herramientas podemos utilizar para protegernos de bajas vibraciones?
Primero, hacerle mucho caso a la intuición. Eso es fundamental. Cuando no te gusta alguien, no te gusta. Hay que hacerle caso. Quizás con otros se lleve bien, pero contigo no. Yo le digo a la gente que no se traicione a sí mismo. Si hay algo en tu cuerpo, en tu psiquis, que te dice que no te gusta, ¿por qué no hacerle caso? 

El problema es que pueden pasar años, décadas… Te puedes hasta casar con alguien y que te pase eso. 
Es horrible. Pero no te escuchaste. Capaz que es karma, deudas. Te hubieses escuchado, capaz te evitabas ese sufrimiento. Eso es lo primero. Escucharte. No dudarlo. Y cuando entras a lugares raros te cubres con una burbuja de luz blanca, y te dices: “Ángeles conmigo”, y ya.  

Esto para personas que tienen partes muy racionales (mucho aire) y emocionales (mucha agua) es una lucha. ¿A cuál le haces caso? ¿Con qué vas a dirigir tu vida? ¿Con tu lógica o con tu parte emocional? Yo al final terminé haciéndole caso a mi parte emocional. La otra también se usa, pero hay una que es más dominante. 

Hablemos un poco de las características de cada signo. 
Como sabes, se categorizan en agua, aire, tierra y fuego. Los estilos son distintos y hay que estar atentos - el fuego siempre va a ser muy espontáneo, un poco brusco y lo quiere todo ahora. Si se junta con el agua que es muy sensible van a chocar un poco. Es bueno conocer de los otros signos; la forma de amar, de expresarse es totalmente distinta. 

¿Hay algunas combinaciones que son imposibles? 
Puede que sean complicadas, pero imposibles, no. Pongamos el ejemplo de un Tauro con un Acuario. Una combinación rara. Al Tauro no le gusta moverse, le gusta la rutina, es lento, organizado. Al Acuario es loco, le encantan los cambios, todo nuevo, no le gusta el orden. ¿Cómo mezclo estos dos? Pero, si el Tauro tiene la luna en Acuario, tiene muchos signos en aire, entonces podrían ser compatibles. A su vez, puede ser que el Acuario tenga un poco de tierra y le gustan las rutinas de un Tauro. 

Cuando se habla de los signos en general, uno no puede decir mucho. Hay que ver toda la carta. Por eso, cuando aquella astróloga me dice que al ser Géminis, un Acuario no me conviene, me quedo sorprendida porque los signos de aire se llevan muy bien entre sí (Géminis, Libra y Acuario). Me dije, “Pero, ¿qué le pasa?”. No se puede decir así, signo por signo, porque no sirve. Por eso hay que conocer la carta con más profundidad y mientras más la conozcas, mejor. 

También es bueno hacerse una “Sinastría”, que es el estudio de la compatibilidad entre dos personas, sabiendo así si esa pareja es armoniosa, cuáles son sus afinidades y áreas de conflicto. 

“...es importante ver la sombra para que no tenga dominio sobre ti.
— Andrea Lobo

¿Cuáles son los signos que tienen la “mala fama”? 
Escorpio, los Leo, a veces los quieren, a veces no, no tienen término medio. El Leo es muy envidiado, están muy en ellos mismos - para bien o para mal. Hay que luchar a veces con los egos de los Leo, pueden ser muy egoístas. Tienen que trabajar con su despotismo. El Leo llama mucho la atención.  

Con los Escorpio, si es malo, es muy malo. Vengativo y rencoroso. Tiene que transmutar mucho. Si el Escorpio está bien aspectado y tiene un buen sol, a mi me encanta. Es un signo poderoso porque maneja la sombra, lo oscuro, la psiquis, es luchador, trabajador, lo puedes tirar al piso y se levanta mejor que antes. Tienen una visión muy profunda de las cosas.  

También los Virgo pueden ser medios irritantes. Son criticones, exigentes y minuciosos. Por otro lado, son brillantes, inteligentes y les gusta mucho ayudar al prójimo. 

¿Y los más queridos? 
A Piscis, por general, siempre los quieren. Más allá de sus locuras, son empáticos y compasivos. Los Acuario caen bien, son muy sociales y a la gente le caen bien. 

¿Cuáles son algunos de los países o ciudades en donde la astrología es muy popular?
En España y Londres. De Inglaterra han salido muchos libros y escuelas. También en Argentina y México. 

¿Has considerado dar cursos de astrología?
Me gustaría. Ya hice un grupito en el 2002-2003. Eran entre 3 y 4 personas y fue muy agradable. Pero ninguna se dedicó a ello. 

La tecnología ha ayudado mucho a hacer las cartas astrales, ¿no?
Yo antes estaba media hora sacando los cálculos de cada carta. Ahora la computadora te lo hace. 

¿Puedes hablar de ello o es uno de los secretos? 
¡Claro! Es estudiar las latitudes, las diferencias desde el meridiano de Greenwich. Todos los cálculos están hechos sobre las efemérides. Por ejemplo, si son cartas de Puerto Rico hay que trasladarlo al meridiano de Puerto Rico que son cuatro horas de diferencia. Corregir los grados y añadir cuatro horas más. ¡Ahora no! Con el programa te sale. Pero hay que tener cuidado porque hay otros astrólogos que no corrigen las horas y no puedes hacer eso. En la astrología el tiempo es muy importante. También se utiliza mucha energía psíquica por lo que, cuando comencé, terminaba agotada. 

La astrología no es para todo el mundo. 
La verdad es que no. A veces te encuentras con unos astrólogos que son un desastre. Esto es como hacer una ensalada. Tienes que mezclar como 800 cosas. Ahora con la computadora se hace más fácil, pero un verdadero astrólogo tiene que analizar la carta a base del conocimiento adquirido fuera de la tecnología. La astrología es un reloj cósmico; una energía superior que dirige todo.

Wow. ¿Crees en Dios? 
Sí. Fielmente. 

¿Es importante? 
Bueno… Dios… o como lo quieras llamar. Pero, hay algo que arma de alguna forma todo y es necesario. También creo en la reencarnación. Yo hago una carta kármica (especializada en vidas pasadas) y se la recomiendo a quienes son buscadores. Las almas van esperando esos momentos correctos para volver: ¿este país, este padre me conviene? Ok, ahí voy… Creo que cada alma regresa en el momento preciso cuando es útil para su evolución personal. 

Así que estamos aquí para evolucionar. 
Para ser seres de amor, conectados. 

¿Ser mejores versiones de lo que fuimos? 
Siempre. Por más vida dolorosa que te toque. Yo creo que sí. Es un reloj fantástico. Antes de mudarme a Puerto Rico, tuve un maestro de Yoga en Buenos Aires que me preguntó cómo es que un ser logra amar la libertad. Él me contestó que probablemente nazca en un lugar donde no lo dejen hacer nada para tener que luchar por su libertad. Tiene su sentido.

Llegamos y nos vamos solos. Si lo piensas nacemos libres. 
Exacto. Libre… pero con un librito. [se ríe] Ese librito se llama “CARTA ASTRAL” y se hace una sola vez en la vida. Recomiendo a que los padres hagan las cartas a sus hijos para poder guiarlos, conocer sus dones. Los prodigios son personas que han estado haciendo lo mismo en otras vidas y por fin, aquí se les da. Ya se lo han ganado. 

Si uno quiere estar más conectado con su carta, con su progreso y etapas de vida entonces es recomendable hacerse la “Revolución Solar” en cada cumpleaños (dura un año) ya que cubre los temas más importantes del año y sus situaciones mes por mes; vemos los tránsitos de los planetas.

Contacta a Andrea para una cita via su instagram. https://www.instagram.com/andrealoboastrologa/



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